Champurrado El abrazo calientito que necesitas

El delicioso arte de preparar champurrado con amor a primera cucharada. Si el invierno tuviera sabor, seguramente sabría a champurrado. Ese compañero cremoso y calientito que hace que los tamales sepan mejor, las posadas sean más memorables y las manos heladas encuentren consuelo en una taza. Pero, ¿y si te dijera que hacer un champurrado perfecto no es magia negra, sino amor en acción? Prepara tus utensilios (y tus ganas), porque estás a punto de descubrir cómo convertir ingredientes simples en una bebida que abraza el alma.
Ingredientes
- 1 litro de leche.
- 1 litro de agua (o sustitúyelo con más leche si te gusta extra cremoso).
- 1 taza de masa de maíz (la misma que usas para tamales o tortillas).
- 2 tabletas de chocolate mexicano (marca clásica para el toque auténtico).
- 1 piloncillo (o azúcar morena, si no tienes piloncillo a mano).
- 2 ramitas de canela.
- Opcional: una pizca de vainilla o una estrella de anís para los amantes de la innovación.
Materiales
- Una olla mediana o grande.
- Batidor de globo o molinillo de madera (para que el champurrado quede espumoso, como debe ser).
- Tazas resistentes al calor (y de preferencia bonitas, porque todo entra por los ojos).
Pasos para una delicia cremosa
- Calienta la base: En tu olla, mezcla el agua con la leche y agrega las ramitas de canela. Calienta a fuego medio hasta que comience a soltar su aroma.
- Disuelve la masa: Mientras tanto, en un recipiente aparte, disuelve la masa de maíz en una taza de agua fría (esto evitará que se formen grumos indeseados).
- Integra todo: Vierte la mezcla de masa en la olla con leche caliente, removiendo constantemente para que espese uniformemente.
- Añade el chocolate y piloncillo: Trocea el chocolate y el piloncillo antes de agregarlos a la olla. Sigue mezclando hasta que todo se derrita y la cocina huela a cielo navideño.
- Revuelve y espesa: Continúa batiendo (aquí entra el molinillo o el batidor) para que el champurrado adquiera esa consistencia cremosa y espumosa que tanto nos gusta.
- Un toque especial: Si decidiste innovar con vainilla o anís, añádelos justo antes de retirar del fuego.
- Sirve con amor: Vierte en las tazas y acompaña con tamales, pan de dulce o ese toque extra de cariño que hará que todos pidan otra ronda.
Un final calientito como tu champurrado
Y así, con un poco de paciencia y mucho amor, has creado una bebida que no solo combate el frío, sino que une a todos alrededor de la mesa. Ahora que dominas el arte del champurrado, ¿qué tal si piensas en qué otras delicias tradicionales puedes incluir en tus posadas?
El invierno sabe mejor con sabores auténticos, y tú ya estás un paso más cerca de ser el anfitrión que todos recordarán. ¡Nos vemos en el próximo artículo para más ideas irresistibles! 🎄☕